Si bien no resulta nada sorprendente que TeleEspe (TeleMadrid, claro está) hiciera anoche un especial sobre los mártires de la guerra, no puedo dejar de citar el artículo que hoy a publicado mi adorado Javier Pérez de Albéniz en su Descodificador diario, que si no lo he dicho ya, os recomiendo que leáis cada día en este enlace. En él se condensa la esencia del tono y forma empleados que se han usado para tratar este tema. Javier, te robo tu texto, con tu venia, pero es que eres mucho mejor expresnado las cosas que yo:
'Mártires por la fe' fue un reportaje tramposo, sesgado, morboso y muy, muy tendencioso. Algunas frases pueden servir para que se hagan una idea del tono utilizado por la gente que intervino: "El objetivo era matar a todos los curas, religiosos y creyentes", "el odio a lo sagrado se extendió a los más pequeños detalles", "no podías decir la palabra Dios", "el mártir: héroe de Cristo", o "en el Ejército rojo, cuanto más analfabeto eras, más mando te daban. Para seguir más ciegamente las órdenes". Pero mi favorita es ésta: "Aunque la Iglesia no pertenecía a ningún bando, fue perseguida". Se referían, por si usted no se han dado cuenta, a la Iglesia que aún hoy no ha condenado la dictadura franquista.
En el reportaje, emitido por una televisión pública de un país laico (insisto), nunca se habló de los religiosos asesinados por el bando golpista, que los hubo. Ni se recordó, cuando se mostraban las tumbas, las lápidas y los monumentos de los religiosos asesinados, que muchas otras víctimas de la guerra civil corrieron peor suerte: sus cuerpos siguen enterrados en cunetas sin ningún tipo de reconocimiento jurídico o reparación moral.
Un reportaje que demuestra a la perfección por qué es necesario dar un paso adelante hacia un Estado realmente laico. Para poner a la religión católica en el lugar que le corresponde, junto a otras religiones y organizaciones no gubernamentales. Para acabar con privilegios fiscales, financiaciones innecesarias o intromisiones en el terreno de la educación. Para erradicar de una vez de nuestras vidas el pecado, el infierno, la castidad, el miedo...
Para avanzar y evitar la nueva adaptación de un refrán clásico: A Dios rogando... Y con Telemadrid (y la COPE) dando.
Amen, Javier, Amén.
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