No he puesto nada de este libro hasta a la hora vete tú a saber por qué, pero ahora que se acerca el momento de su edición (sinceramente, estaba un poco descolgado al respecto pese a ser uno de los libros más esperados desde hace casi un año) no puedo evitar mostrar la enorme emoción que me embarga en este momento al pensar que pronto podré tener entre mis manos la historia completa de Los hijos de Húrin de J.R.R. Tolkien, el famosísimo autor de El Señor de los anillos y uno de mis más venerados autores de fantasía, mi favorito indiscutible.
Tolkien escribió, como dice la ya leyenda, El Hobbit y El Señor de los Anillos, y dejó sin terminar su obra cumbre, El Silmarillion, titánica historia que comprende toda su mitología desde el principio de los días hasta hechos posteriores a El Señor de los anillos. Este libro fue editado después de su muerte por su hijo Christopher, que si bien ha chupado del bote desde entonces con insufribles libros de escritos, notas y anotados, no se puede negar que si no fuera por él no hubieramos conocido la historia de la Tierra Media desde sus orígenes. El Silmarillion es mi libro favorito, pese a que tiene la merecida etiqueta de ladrillazo porque intenta abarcar demasiado en muy pocas páginas, algo completamente cierto, pero que no desmerece la apabullante belleza de las historias que en él se relatan, especialmente el Quenta Silmarillion, que comprende toda la historia desde el comienzo de los días y el tiempo hasta el final de la primera edad del sol (El Señor de los anillos se ubica cronológicamente al final de la Tercera Edad), y la encarnizada lucha de las grandes casas de los Elfos y los Hombres contra el verdadero y primer Señor Oscuro, Morgoth, del que el famoso Sauron de ESDLA era solo su sirviente.
Uno de los capítulos de El Silmarillion se titula Túrin Turambar, y es la historia que nos ocupa. En medio de la guerra contra Morgoth, cuando las fuerzas del bien empezaban a ser diezmadas sin esperanza, un hombre se forjó a sí mismo una leyenda, la historia de la Congoja según los anales de los Elfos. Esta era la historia de Túrin Turambar (El amo del destino), hijo de Húrin Thalion (uno de los más grandes hombres de los Edáin de la primera edad) y de su hermana Nienor.
Sobrecogedora, apasionante y muy dolorosa, este es uno de los relatos de El Silmarillion más increíbles que he leído nunca junto con el de Beren y Lúthien o el de Tuor y Eärendil. En El Silmarillion, su historia son pocas páginas, unas 40-50 más o menos. Aquí, esas páginas desaparecen de su modo-resumen y pasan a ser un libro completo, que actualmente ha terminado de componer Christopher Tolkien.
Me muero de ganas de leerlo. La portada, preciosa y muy adecuada, la ha realizado un habitual ilustrador de Tolkien, Alan Lee, que tras muchos años ilustrando el mundo de Tolkien incluso llegó a dar forma visual a las películas de Peter Jackson.
Si os gusta Tolkien o, en su defecto, las grandes historias, no os puede faltar esta maravilla en vuestra colección ¡Y eso que aún no lo he leído!. Bueno, miento, lo he leído en parte porque mucho de él está ya en El Silmarillion y en el libro Cuentos Inconclusos.
¿Cuándo saldrá?. En UK sale el 16 de abril, pero aquí parece ser que saldrá más o menos a la par. Esperemos, esperemos... aunque posiblemente me lo agencie en Inglés, ese maravilloso inglés tan bien expresado por el Maestro.
Namárië
1 comentario:
Tu opinion sobre este autor coincide con la mia es uno de los mejores que existe sin dicucion! me alegra mucho saber que gente piensa igual que yo. te dejo un saludo enorme...beso!!!
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