Hiciste acto de presencia por primera vez a los pocos días de que el centro de mi existencia apareciera en mi vida, un extraño paralelismo que no pude evitar asociar en su momento.
La primera vez que te miré a los ojos, encontré algo fascinante que pocas veces había tenido oportunidad de contemplar. Vi una ternura ilimitada, un dolor lleno de belleza, una inocencia moderada que me hacía pensar que había algo realmente incorrupto, puro dentro de tu alma, pese a los golpes que cualquier persona nos da la vida.
Ya he hablado muchas, muchas veces, de ese hilo invisible que nos unió aquella noche. Nunca me había pasado nada igual, con nadie, en toda mi vida, y me pareció profundamente hermoso, aunque no supiera cómo explicar unos sentimientos tan puros a la par que alejados de cualquier interés personal hacia ti. Te tuve afecto desde el momento en que te vi, simplemente eso. Y es genial sentir eso espontáneamente por alguien.
Ha pasado ya bastante tiempo desde aquella peculiar y maravillosa noche, a la que han seguido otras tantas, y nunca hasta hace poco nos habíamos encontrado de otro modo que no fuera rodeados de gente.
Es maravilloso gozar de una amistad que no entiende de otro sentido salvo el de hablar y escucharse y saber que es así, de entender que hay cariño y amor mutuo diciéndolo solamente cuando es necesario, sin apegos ni sensación de que los sentimientos se extralimitan, no solo porque no tengan cabida, sino simplemente porque así es como ocurre. Y pienso para mis adentros que ojala todas las relaciones humanas de este mundo fueran como la nuestra, aunque seguramente si así fuera no apreciaría tanto lo que tengo contigo.
Me encantó verte. Me encantó escucharte. Me encantó que me escucharas. Pronto volveremos a vernos. Gracias por el desayuno con tostada. Gracias por tus palabras, por tu compañía, por pasar una mañana fabulosa. Gracias por hacer lo que hiciste al salir de la cafetería (de verdad), y gracias, sobre todas las cosas, por ser mi amigo.
La primera vez que te miré a los ojos, encontré algo fascinante que pocas veces había tenido oportunidad de contemplar. Vi una ternura ilimitada, un dolor lleno de belleza, una inocencia moderada que me hacía pensar que había algo realmente incorrupto, puro dentro de tu alma, pese a los golpes que cualquier persona nos da la vida.
Ya he hablado muchas, muchas veces, de ese hilo invisible que nos unió aquella noche. Nunca me había pasado nada igual, con nadie, en toda mi vida, y me pareció profundamente hermoso, aunque no supiera cómo explicar unos sentimientos tan puros a la par que alejados de cualquier interés personal hacia ti. Te tuve afecto desde el momento en que te vi, simplemente eso. Y es genial sentir eso espontáneamente por alguien.
Ha pasado ya bastante tiempo desde aquella peculiar y maravillosa noche, a la que han seguido otras tantas, y nunca hasta hace poco nos habíamos encontrado de otro modo que no fuera rodeados de gente.
Es maravilloso gozar de una amistad que no entiende de otro sentido salvo el de hablar y escucharse y saber que es así, de entender que hay cariño y amor mutuo diciéndolo solamente cuando es necesario, sin apegos ni sensación de que los sentimientos se extralimitan, no solo porque no tengan cabida, sino simplemente porque así es como ocurre. Y pienso para mis adentros que ojala todas las relaciones humanas de este mundo fueran como la nuestra, aunque seguramente si así fuera no apreciaría tanto lo que tengo contigo.
Me encantó verte. Me encantó escucharte. Me encantó que me escucharas. Pronto volveremos a vernos. Gracias por el desayuno con tostada. Gracias por tus palabras, por tu compañía, por pasar una mañana fabulosa. Gracias por hacer lo que hiciste al salir de la cafetería (de verdad), y gracias, sobre todas las cosas, por ser mi amigo.
1 comentario:
No tengo palabras, Dani...
A veces (muchas, jeje), pienso que no soy capaz de expresar lo que siento por ti cuando te tengo delante. Espero que sepas que todo lo que tú sientes es totalmente correspondido.
Y gracias por la mañana del sábado. Fue MUY especial. MUCHO.
Pronto repetiremos :-)
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