No todo en la época veraniega va a ser calor, sudar y pasarlo mal por culpa de las altas temperaturas. El verano trae otra serie de ventajas que no podemos disfrutar el resto del tiempo, y una de mis favoritas es la de darme deliciosos baños, ya sean en un lago, en el mar o en una piscina, hasta altas horas de la tarde o incluso al atardecer mientras se toma un delicioso helado. Como aún no me he tomado mis vacaciones laborales (algo que, afortunadamente, cambiará a partir de este fin de semana, momento en el cual disfrutaré de dos semanazas en la playa), he aprovechado cada oportunidad que he tenido para refrescarme.
La que más me gusta es la del pantano o embalse de San Juan, en Madrid, maravilloso lugar en el que pasar el día en plena naturaleza y darse un buen baño, aunque no siempre el agua esté al mismo nivel. Concretamente, me gusta muchísimo una zona nudista a la que se accede de un modo un poco complicado pero en absoluto incómodo, lejos de zonas ruidosas o hiperpobladas. Y es que sí, adoro el nudismo. Siempre que puedo lo practico: da una sensación de libertad única y te hace ver que por estar en bolas no tienes que ser consciente de tu sexo al aire en todo momento. Al contrario.
Si podéis, alguna vez, disfrutad de la inigualable experiencia de nadar en las aguas de un sitio en plena naturaleza cuando está atardeciendo o incluso el sol ya ha caído. Es uno de esos momentos realmente mágicos e inigualables de la vida (evidentemente, para mi).
Un abrazo.
La que más me gusta es la del pantano o embalse de San Juan, en Madrid, maravilloso lugar en el que pasar el día en plena naturaleza y darse un buen baño, aunque no siempre el agua esté al mismo nivel. Concretamente, me gusta muchísimo una zona nudista a la que se accede de un modo un poco complicado pero en absoluto incómodo, lejos de zonas ruidosas o hiperpobladas. Y es que sí, adoro el nudismo. Siempre que puedo lo practico: da una sensación de libertad única y te hace ver que por estar en bolas no tienes que ser consciente de tu sexo al aire en todo momento. Al contrario.
Si podéis, alguna vez, disfrutad de la inigualable experiencia de nadar en las aguas de un sitio en plena naturaleza cuando está atardeciendo o incluso el sol ya ha caído. Es uno de esos momentos realmente mágicos e inigualables de la vida (evidentemente, para mi).
Un abrazo.