Ayer por fin vi mi esperadísima
El caballero oscuro, segunda entrega de la nueva saga de Batman iniciada por
Christopher Nolan en 2005 con
Batman Begins. Y he salido realmente
anonadado, tras pasar dos horas y media de pura
adrenalina y cine
en estado puro.
No sé muy bien por donde empezar. Son tantas, pero
TANTAS las cualidades cinematográficas de esta
maravilla de película que podría hablar de ella durante horas. Valga decir, a modo de aperitivo, que para empezar he visto l
a mejor película de superheroes jamás rodada hasta la fecha sin ninguna duda, sobre todo porque aunque se trate de un justiciero enmascarado, no da esa sensación, sino más bien de estar viendo un
thriller policiaco bien hilado, con un pulso narrativo excelente y sorpresas argumentales de esas que te dejan sin aliento.
El caballero oscuro nos presenta a un Batman totalmente formado con un Christian Bale tan eficiente como siempre, pero que curiosamente se ve
eclipsado por el excelente elenco de secundarios que le acompaña, especialmente el malogrado
Heath Ledger.
Lo habréis oído ya mil veces en la prensa y demás medios, pero yo lo corroboro: el Joker de Legder es tan sumamente
bueno que no me extrañaría que se llevara el oscar póstumo. El tío simplemente
se sale, se come con patatas a todos los demás, y eso que ninguno hace mal su labor (qué acierto cambiar a la petarda de Katie Holmes por
Maggie Gyllenhaal). El Joker de Ledger da
miedo, te hace
reir, te
acojona vivo en ciertos momentos, y ha sabido dotarle de un caracter psicótico realmente
admirable y característico.
El guión de la película es de lo más
Shakespeareano, una
epopeya filosófica sobre
el orden y el caos, la ética y la falta de principios, la justicia que proporciona el azar y el libre albedrío. En ese aspecto radica la mayor baza de la nueva saga de Nolan, en dotar a toda Gotham y sus personajes implicados de
alma y corazón, de realismo y crudeza, alejándola de las patochadas de las películas que nos presentó Joel Schumacher (cada vez que pienso en
Batman y Robin, me dan ganas de llorar). Hay escenas conversacionales realmente memorables, con especial mención a una en la que el Joker está literalmente del revés, y otra en la que tenemos a dos barcos como protagonistas de un dilema moral.
Volvemos a los actores:
Aaron Eckhart como Harvey Dent/Dos caras está simplemente
correcto, no creo que sea ninguna maravilla. Aunque su personaje es el que soporta todo el peso dramático del film. Él y solo él es el eje de la historia. Y es precisamente esto lo que hace que quite medio punto al rotundísimo
10 sobre 10 que le pongo (y me ha costado quitarlo, la verdad), porque la evolución de su personaje la veo levemente
forzada para alguien de principios tan rígidos, así como porque la película pretende
abarcar demasiado incluso para su larga duración, haciendo que los momentos súmamente dramáticos queden levemente
diluídos por la imparable marcha del guión, no dando quizá todo el tiempo necesario a digerir ciertas partes. Vamos, que
media horita más de metraje no le hubiera venido mal.
El resto de secundarios cumple más que eficientemente, como siempre: magníficos
Morgan Freeman y
Michael Cane, y especial mención a
Gary Oldman, cuyo papel está jústamente ampliado en esta segunda parte.
Terminemos con el broche de oro: la
cinematografía en general. Resulta tan APABULLANTE la excelentísima labor del director en esta película que casi te sientes
pequeño ante un talento tan grande a la hora de dirigir. Los planos son una
maravilla, las secuencias estudiadas al milímetro con una maestría envidiable, una fotografía de ensueño (las escenas nocturnas aereas de Chicago y Hong Kong
quitan el hipo y dan vértigo), un score del gran Hans Zimmer junto con James Newton Howard
glorioso, un montaje impecable, y una puesta en escena de primerísima calidad.
Mención aparte a las escenas de acción, que son tan S
UMAMENTE ESPECTACULARES que te dejan con los ojos como platos. Hacía años que no veía escenas tan
increíbles, especialmente la que tiene lugar en Hong Kong y la del Trailer por las calles de Gotham/Chicago. El sonido, como no podía ser de otro modo, te hace literalmente
temblar en la silla.
En resumidas cuentas,
El caballero oscuro es un clásico inmediato que todo el mundo tiene la
obligación de ver en la pantalla grande si quiere realmente flipar en colores y que nos empequeñece ante su grandeza. Estoy seguro, si este mundo es justo, que será una de las protagonistas de los próximos oscars, al menos para elogiar la titánica labor de Christopher Nolan, del reparto (Ledger es quien tiene todas las cartas, y lo digo así a propósito) y el descomunal
esfuerzo técnico y artístico.
El caballero oscuro devuelve la
esperanza a todo cinéfilo sobre la dignidad del cine de acción. Id a verla ya. ¿A qué estáis esperando?. ¿
Qué hacéis leyendo esto?.
Un abrazo.
P.D.: La tarde no pudo ser mejor ayer: salí de ver
El caballero oscuro con toda la familia y mi nene, y de ahí nos fuimos a un concierto gratuíto de
La quinta estación cerca de mi casa que fue la leche. Ayer fui un hombre
plenamente feliz.