28 de septiembre de 2007
Chocobo de peluche
26 de septiembre de 2007
Temas de Saint Seiya en castellano
I put a spell on you...
...and now you're MINE!!
Mira que me encanta esta película, El retorno de las brujas o Hocus Pocus, pese a lo rara que es, y concretamente esta escena con la gran Bette Midler (a dúo con la entonces casi desconocida Sarah Jessica Parker y Kathy nosequé)... ¡a bailar, que nos han lanzado un hechizo!.
Umbrella
You had my heart
and we'll never be world apart
Maybe in magazines
but you'll still be my star
Baby cause in the Dark
You can see shiny Cars
And that's when you need me there
With you I'll always share
Because
When the sun shines
We’ll shine together
Told you I'll be here forever
Said I'll always be your friend
Took an oath
I'mma stick it out 'till the end
Now that it's raining more than ever
Know that we still have each other
You can stand under my Umbrella
You can stand under my Umbrella
(Ella ella eh eh eh)
Under my umbrella
(ella ella eh eh eh)
Under my umbrella
(ella ella eh eh eh)
Under my umbrella
(ella ella eh eh eh eh eh eh)
These fancy things,
will never come in between
You're part of my entity
Here for Infinity
When the war has took it's part
When the world has dealt it's cards
If the hand is hard
Together we'll mend your heart
Because ...
When the sun shines
We'll shine together
Told you I'll be here forever
Said I'll always be your friend
Took an oath
I'mma stick it out 'till the end
Now that it's raining more than ever
Know that we still have each other
You can stand under my Umbrella
You can stand under my Umbrella
(Ella ella eh eh eh)
Under my umbrella
(ella ella eh eh eh)
Under my umbrella
(ella ella eh eh eh)
Under my umbrella
(ella ella eh eh eh eh eh eh)
You can run into my Arms
It's okay don't be alarmed
(Come into Me)
(There's no distance in between our love)
So Gonna let the rain pour
I'll be all you need and more
Because ...
When the sun shines
We'll shine Together
Told you I'll be here forever
Said I'll always be your friend
Took an oath
I'mma stick it out 'till the end
Now that it's raining more than ever
Know that we still have each other
You can stand under my Umbrella
You can stand under my Umbrella
(Ella ella eh eh eh)
Under my umbrella
(ella ella eh eh eh)
Under my umbrella
(ella ella eh eh eh)
Under my umbrella
(ella ella eh eh eh eh eh eh)
Joer como se pega la cancioncita...
Un abrazo.
24 de septiembre de 2007
Finde de locos
Mama Dolly
Pero en cuanto nos pusimos en marcha, sonó el móvil. Como uno es moderno de la muerte, lleva Bluetooth para que cuando le llamen, pueda hablar sin problemas. La pantalla LCD ponía claramente DOLLY PARTOS. Temblé. Pero tampoco podía dejar de cogerle el teléfono. ¿Qué querría Dolly?. La noche anterior había estado cenando cerca de su casa y le mandé un mensajito para decírselo. Pero entonces no recibí respuesta. Imploré (más bien recé) para que la conversación que se iba a iniciar fuera normalita, pues los bluetooth permiten que todo se oiga en DOLLY 5.1 dentro del coche y con mi madre dentro. Descolgué, no sin sentir un pequeño temblor de manos al pulsar el botón.
Dolly: ¡Pero cacho PUTA, ¿no sabes que la gente DECENTE se acuesta a las 11?.
Mi madre abrió los ojos a lo rana Gustavo. Yo empecé a sudar. Pero tenía que seguir la conversación con naturalidad y al nivel Dolly, lo cual hizo que me subiera la tensión en cinco puntos de golpe. Y todo prosiguió tal cual:
Dani: Pero NENA, es que tú no tienes nada de decente.
Dolly: Pues no AMOR, porque una necesita sus horas para las mascarillas y el pepino, que luego el sábado tiene que quedar radiante como la Maria Teresa Campos en sus vallas publicitarias, ¡todo un prodigio de la infografía, NENA!.
Dani: Bueno hija, pues menos mal que no te llamé, porque estuve a punto de hacerlo, pero como estaba comiendo no me pareció correcto.
La expresión de mi madre era… en fin, creo que no existe definición.
Dani: Bueno, NENA, pues una cosilla: ¿mañana estarás en CUÉTARA?. Podríamos vernos en El estrecho para darte un regalillo que te he traído de Japan.
Dolly: Ay vale, pero si no estoy en El estrecho estaré en el Half-past, que es por donde paso antes de irme a follar con mi chulazooooo.
En ese momento, creía que tendría que llamar a urgencias de lo pa’ fuera que tenía mi madre las cuencas de los ojos, junto a una mueca de dolor que parecía que la mandíbula se le iba a desencajar. Yo ya chorreaba sudor por la frente.
Dani: Vale nena, vale… pues nada guapetona, que nos vemos mañana. Ale, taluego!.
El interrogatorio posterior a esta conversación fue realmente embarazoso. A día de hoy, mi madre se preguntará con qué clase de gente se mueve su hijo…
¡Y es que la DOLLY es mucha DOLLY, NENAS!.
Un abrazo.
20 de septiembre de 2007
Mi nombre en Kanji
¿No es este un Hobby de lo más divertido?. Me encantaría saber más Kanjis para poder adoptarlo como propio.
Espías, laca y coches a prueba de muerte
Hairspray me ha gustado mucho, muchísimo. Hace que salgas del cine con unas ganas de ponerte a bailar absolutamente irresistibles. Look sesentero, historia Happy nation donde todos son felices y pueden alcanzar todos sus sueños (es decir, positivismo intravenoso), y una banda sonora absoluta, totalmente maravillosa. El número final, You can’t stop the beat, es un auténtico orgasmo para los amantes del musical. Y aunque los actores, en general, están muy bien, me quedo con la prota, la desconocida pero encantadora Nikky Blonsky y la siempre arrolladora Queen Latifah. Ni Travolta ni la Pfeiffer me han parecido nada del otro mundo, aunque ambos están muy graciosos en sus respectivos papeles. Eso sí, si no os gustan los musicales no vayáis a verla. A mi, como me chiflan, me ha parecido una de las películas del año. Y filogay a tope, además.
En fin, menos mal que ya me voy poniendo al día con el cine, que me había quedado descolgado. Ahora, quizá gracias a mi visita al museo Ghibli, estoy revisionando clásicos maravillosos como Porco Rosso o Mi vecino Totoro, de los que sin duda hablaré más adelante.
Sex and the city: The movie
19 de septiembre de 2007
Hacer lo correcto
Como todo, el mundo de las decisiones se extiende hasta formar un universo propio. Hay miles de niveles que conforman ese trazo. Desde escoger si escribir con el bolígrafo azul o el negro, pasando por si ir al cine o salir de copas, hasta si vivir en otro país o en tu ciudad de toda una vida.
Luego están las decisiones morales, que son las más complicadas de todas: decidir qué es lo que está bien o está mal, lo que es correcto o no, en base única y exclusivamente a nuestro propio conocimiento, negligencia, sabiduría y, por qué no decirlo, nivel de enfoque de nuestro estado emocional. Porque nosotros no podemos considerarnos, precisamente, los mejores jueces respecto a nuestra vida, pero sin duda somos nuestra mejor baza y a veces la única. Tenemos que aprender. Muchas veces acertamos, mientras que otras nos equivocamos de pleno. Estas decisiones conllevan, para bien o para mal, un precio. A veces una baratija, a veces un valor incalculable. Porque hablamos, por si no lo he dejado claro, de moralidad. Y por ende, de sentimientos.
Hacer lo correcto a veces implica llevar a cabo acciones que no nos gustan, que no pegan con nosotros, que nos dejan en una posición frágil. Yo creo que en general no soy muy bueno desenvolviéndome en estos terrenos. Casi siempre doy prioridad a mis propias debilidades, a lo que creo que debería ser lo correcto conforme a mis propias creencias, aunque sé y soy consciente de que no es adecuado.
Imaginad, por un momento, que os veis en una disyuntiva en la cual podéis tomar tres caminos. Hay uno de esos caminos que no queréis tomar bajo ningún concepto, mientras que de los otros dos no quieres escoger: quieres tomar ambos, aunque sea a destiempo. Esto no puede ser, y lo correcto es tomar el camino que no deseas escoger. Uno solo. El mejor, el de en medio, el más recto, seguro y neutral. Ningún camino es bueno. No se trata de escoger entre bueno y malo, sino del menos malo.
Y esto que acabo de decir se trata, nada más y nada menos, de las peores decisiones posibles: aquellas que, implicando también una fuerte dosis moral, suponen un coste doloroso sea cual sea la opción que tomes. Porque no todo en la vida tiene un final enteramente feliz. Qué se le va a hacer.
Un abrazo.
18 de septiembre de 2007
Pura Hanna
14 de septiembre de 2007
El folleteo de Grey
Pero como ya iba diciendo, no todo son halagos. La segunda temporada es fabulosa, colosal, y esto se alarga hasta bien entrada la tercera temporada. Pero a partir de ahí, a los guionistas se les va absolutamente la pinza, y convierten a los personajes en parodias de sí mismos, las tramas resultan totalmente incoherentes y absurdas, y para colmo, cuatro capítulos antes de terminar la temporada nos meten descaradamente un par de capítulos piloto de un Spin Off que podría protagonizar la Dra. Addison, metiéndonos con calzador un montón de personajes nuevos en lo que claramente es una serie que no sigue el mismo patrón narrativo que la que estamos viendo. Eso por no mencionar el hecho de que los últimos capítulos, ya mencionados, parecen más un Melrose Place en un hospital que otra cosa (es decir, nos liamos todos con todos). De ahí que mi amigo Sera me mencionara que llamaba a la serie El folleteo de Grey. Ayns.
Conclusión: la serie corre el grave riesgo de convertirse en una Desperate Housewives 2, con guiones que no van a ninguna parte y tramas que se meten sin pensar y que convierten a sus personajes en peleles. Por fortuna, en los últimos minutos de la temporada introducen a un nuevo personaje que promete dar mucha caña en la cuarta temporada, que empieza a finales de este mes. A ver si los guionistas vuelven de las vacaciones y dejan esta serie en el lugar que se merece.
Un abrazo.
Claire y Hiro
Destaco dos personajes: Claire Bennet y Hiro Nakamura, la chica indestructible y el alterador del espacio tiempo. Personajes jugosos y entrañables desde el primer momento. Cuando termine la temporada ya haré una valoración más detallada (voy por la mitad, y no creo que tarde en ver el resto), pero de momento hago un llamamiento a todos para que empiecen a verla todos los remilgados que aún no lo hayan hecho.
Un abrazo.
12 de septiembre de 2007
Llorar en público
Acudí, no obstante, con buena parte de mi familia: mi madre, dos tías, un tío y mi prima pequeña. Se estrenaban mi madre y una de mis tías, que se lo pasaron pipa coreando y cantando las canciones (¡se las sabían todas!).
Ahora bien, ocurrió que durante la interpretación de La frase tonta de la semana, mi canción favorita de ellos, me volvió a dar el yuyu y me puse a llorar, como siempre que la escucho en vivo. Mi prima pequeña se dio cuenta, de ahí el comentario pasó a mi madre, y mi madre me preguntó que qué me pasaba. Simplemente me limité a responderle que me emocionaba mucho esa canción, y ella me dijo "ya…", como adivinando mucho más detrás de esas palabras. Las madres no son precisamente tontas.
Y al acabar el concierto, la noté extrañamente cariñosa conmigo (no es que no lo sea, que siempre lo es, pero aún más), y me hizo un interrogatorio el cual yo esquivé elegantemente. Le dije Mama, ¿es que a ti no te emociona escuchar alguna canción? a lo que ella me respondió Sí, pero cuando estoy sola, nunca en público. Me sentí viviendo un Deja vu, porque no es la primera vez que me pasa eso.
Siempre he sido una persona que no le importa mostrar emociones en público y sea donde sea, momento o situación. Eso no es algo que guste. Las emociones, lo tengo comprobado, se guardan de puertas para adentro en la mayoría de las personas. Y no es plato de buen gusto ser testigo de alguien que sí las muestra.
Recuerdo cómo hace casi dos años, iba con mi amigo Carlos por el centro de Madrid cuando tuve un encuentro bastante chocante. Ahí me contuve, pero cuando ese momento pasó y seguí caminando con Carlos, estallé. Este me reprendió y me dijo que no debía hacer eso en la calle. En menor medida está lo de los conciertos: escuchar una canción que te llegue dentro por la razón que sea y desbordarte en un torrente de emoción.
Cuando lloro, y quiero sumergirme dentro de una emoción que esté viviendo en ese instante, el mundo se desvanece. Me vuelvo uno solo, no existe el entorno ni el contexto. Ya puede haber miles de personas a mi alrededor, ya pueden estar mirándome, incluso hablándome, que yo no estoy presente. Quizá por eso lo hago sin reprimirme.
Porque yo he pasado toda mi vida reprimiendo mis emociones. Hasta que me hice mayor, fui un niño y adolescente encerrado en mí mismo, taciturno, seco y bastante idiota. Cuando aprendí a liberar mis emociones fue como un milagro, y decidí que nada o nadie me haría volver a encerrarlas. Creo que esa es, posiblemente, la razón de que sea tan sensible y todo me afecte tanto, sea positivo o negativo.
¿Maldición o bendición?. Tras pensarlo muchas veces, y meditarlo profundamente, tengo la plena y absoluta convicción de que pese a que muchísimas veces me juegue malas pasadas el ser de este modo, no puedo ni quiero ser de otro modo. El problema no lo tengo yo, ni los demás, sino algo tan simple como la aceptación mutua. La gente suele marginar en una infinita diversidad de formas y fondos a las personas que no son como ellas, y ahí es donde radica que a veces me sienta mal por ser un calimero de tres al cuarto: muchas personas no lo entienden o comparten. Al igual que yo, aunque lo intento, reniego de otras muchas formas de ser distintas a la mía.
Y como esto ya se está alargando mucho, me gustaría hacer una de esas conclusiones que tanto me gustan: respecto a mostrar emociones en público, la única respuesta es la aceptación de la propia naturaleza de uno mismo. Si eres sensible y llorón, asúmelo y punto, y de ese modo podrás disfrutar de esa faceta de tu carácter. Sé consciente de lo real y lo irreal de tu emoción, y simplemente báñate en ella y nada en su dirección, déjate llevar. Si no eres así, haz exactamente lo mismo adaptando tu forma de sentir a la situación y a tu propia persona. Si tu alma y corazón entra en comunión con las emociones que entran en él, habrás ganado algo muy grande, infinitamente grande y poderoso. No dejes que la dicotomía se apodere de ti.
Y termino con un topicazo: Sé como tú quieras ser. Olvida lo demás.
Un abrazo.
11 de septiembre de 2007
Alas en mis pies
10 de septiembre de 2007
Sorrento de la Sirena
Appendix del Wivern
Imágenes del país del Sol naciente
Porque una imagen (o varias) dicen más que mil palabras....
Y para los curiosos de las imágenes, también invito a verlas en calidad superior en esta dirección de mi cuenta de Flickr.
Un abrazo.