Mucho bombo con la omnipresente y
megadiva Beyoncé Knowles, pero tras ver este pasado viernes Dreamgirls, puedo afirmar que ha nacido una estrella:
Jennifer Hudson.
Esta muchacha, también surgida del concurso
American Idol, versión americana de nuestro Operación Triunfo (de cuyas filas también han surgido cantantes tan fabulosos e interesantes como mi adorada
Kelly Clarkson, Carrie Underwood o
Taylor Hicks), y que fue sorprendentemente expulsada de las primeras de la cancha, demuestra en esta película que tiene auténtico
poder para comerse la pantalla visualmente, interpretativamente y, sobre todo, vocalmente. Desde el primer tema
Move ya intuyes que esta muchacha tiene una voz impresionante, pero ella es la mejor parada con temas tan increíbles como
Love you I do, It’s all over, And I am telling you I’m not going, I am changing o
One night only. En el tema
I am telling you, especialmente, parece que la muchacha tiene no dos, sino
seis pulmones. Te pone
la carne de gallina, en una de las mejores escenas de la película junto con el montaje discotequero a lo Diana Ross del tema
One night only. ¿En qué pensaban los de
AI cuando la echaron?. ¡Si es una nueva
Aretha Franklin!. Decir, además, que ha ganado merecidamente el
globo de oro a la mejor actriz de reparto y que está
nominada al oscar. Y parte como favorita, además… veremos a ver.
Ahora, me meto con la película. Le voy a dar un aprobado raspado, porque es realmente
irregular y simplemente se deja ver. Y esto lo dice un
amante de los musicales. Esta tiene una dirección correcta, con fotografía y vestuario muy logrados, y actuaciones como las de la ya citadísima Hudson o
Eddie Murphy (sobrevalorada a mi gusto, el chico está simplemente correcto). La Beyoncé es anodina como ella sola, pero se luce que da gusto con el tema
Listen al final de la película (es simplemente fabuloso) y apuesto lo que queráis a que se lleva el Oscar a la mejor canción.
Ahora lo malo:
Jamie Foxx está espantoso,
horrible. Es el peor de toda la película. El guión es
hueco y aunque pretende meterse en temas como el racismo y ser muy pro-negro (no olvidemos que es un musical por y para ellos con 25 años de antigüedad), se queda en un
biopic de las
Dreamettes (a.k.a.
Supremes) un tanto
simplón, con
exceso de metraje y mucha
redundancia en ciertas escenas. Asimismo, si temas como los que ya he citado son una maravilla, otros
aburren que da gusto o son un coñazo como
Steppin’ to the bad side (metido con calzador en el metraje),
Fake your way to the top o
Cadillac.
Y ahora me meto con la versión
española: señores, veanla en V.O., por piedad. Porque es de esas pelis que pasan del castellano a cantar en inglés en medio de una conversación, algo que
odio con fuerza… grrr. Y un suspenso gigante, pero
GIGANTE al
cutrísimo subtitulado de la cinta. Se dejan media película sin subtitular… canciones a medias… ¡incluso una de ellas,
Fake your way to the top, no la subtitulan
ni una sola frase!. ¿Pero tanto cuesta subtitular todas las frases de una canción?. ¡Amos, anda!.
Si se es amante de los musicales se disfrutará, pero desde luego esto no es
Moulin Rouge o
Chicago. Lo mejor es, para mi gusto, disfrutar del poderío de Jennifer Hudson y de la enorme calidad de algunos de los temas musicales.
Puntuación: 6.