Falsedad. Esa es una palabra que refleja algo que vemos día a día en la mayoría de las personas que nos encontramos cara a cara. Unas veces no lo vemos, otras no queremos verlo, otras lo vemos pero no nos importa, y a veces, sólo a veces, ocurre que realmente te sientes molesto por la descarada, obscena y asquerosa falsedad que una persona te muestra.
No voy a decir por qué ni cómo sucedió, pero ayer me vi con esa situación. No sé por qué me callé, pero me dieron ganas de decir “Me das asco”. Y es que ayer me pilló en un momento de auténtica vulnerabilidad, como me siento últimamente en cada momento del día. Y me jodió. Así de claro y con todas las letras. ¿Por qué la gente es así?. ¿Por qué no podemos simplemente hacer las cosas con una cierta consecuencia?. Si de mi lo único que quieres es algo, un bien que yo te puedo proporcionar, no vayas haciendo que te preocupas por mi bienestar personal, porque eso es ser doblemente falso. Es repugnante. Casi, como he dicho, obsceno.
Yo no soy así: si alguien no me interesa y a veces pregunto ciertas cosas por mera educación, no soy tan descarado y paso de una frase a otra para pedirte algo. Hace que lo que has dicho en primera instancia no solo pierda todo su valor, sino que además me haga sentir una total y absoluta cólera por lo que acabas de hacer.
Seguramente no debería alterarme tanto por algo que me pasa a menudo, pero anoche cuando llegué a casa me encontraba pensativo, cabizbajo, triste. No me ayudó lo que ocurrió después. Me sentí fatal, asqueado, dolido, más piltrafa aún de lo que me sentía. Y me fui a la cama con congoja. Ni siquiera me ayudó el Relaxine que me tomé: no he dormido casi nada. No por lo que ocurrió anoche, sino por todo en general y nada en particular. Es difícil de explicar, la verdad.
El caso es que aquí estoy: un lunes más en el trabajo, y cargado de trabajo hasta las orejas. Me viene bien escribir estas líneas. Así al menos me desahogo.
Estoy muy desencantado hoy: me siento mal, cabizbajo, aunque al menos eso no afecta a mi rendimiento laboral. Pero la gente me tiene muy decepcionado en general: supongo que, como ya he dicho muchas veces antes, es algo pasajero...
No voy a decir por qué ni cómo sucedió, pero ayer me vi con esa situación. No sé por qué me callé, pero me dieron ganas de decir “Me das asco”. Y es que ayer me pilló en un momento de auténtica vulnerabilidad, como me siento últimamente en cada momento del día. Y me jodió. Así de claro y con todas las letras. ¿Por qué la gente es así?. ¿Por qué no podemos simplemente hacer las cosas con una cierta consecuencia?. Si de mi lo único que quieres es algo, un bien que yo te puedo proporcionar, no vayas haciendo que te preocupas por mi bienestar personal, porque eso es ser doblemente falso. Es repugnante. Casi, como he dicho, obsceno.
Yo no soy así: si alguien no me interesa y a veces pregunto ciertas cosas por mera educación, no soy tan descarado y paso de una frase a otra para pedirte algo. Hace que lo que has dicho en primera instancia no solo pierda todo su valor, sino que además me haga sentir una total y absoluta cólera por lo que acabas de hacer.
Seguramente no debería alterarme tanto por algo que me pasa a menudo, pero anoche cuando llegué a casa me encontraba pensativo, cabizbajo, triste. No me ayudó lo que ocurrió después. Me sentí fatal, asqueado, dolido, más piltrafa aún de lo que me sentía. Y me fui a la cama con congoja. Ni siquiera me ayudó el Relaxine que me tomé: no he dormido casi nada. No por lo que ocurrió anoche, sino por todo en general y nada en particular. Es difícil de explicar, la verdad.
El caso es que aquí estoy: un lunes más en el trabajo, y cargado de trabajo hasta las orejas. Me viene bien escribir estas líneas. Así al menos me desahogo.
Estoy muy desencantado hoy: me siento mal, cabizbajo, aunque al menos eso no afecta a mi rendimiento laboral. Pero la gente me tiene muy decepcionado en general: supongo que, como ya he dicho muchas veces antes, es algo pasajero...
Por cierto, el post que publiqué ayer lo borré anoche: me parecía injusto lo que escribía en él, la verdad. Lo siento.
Un abrazo.
Un abrazo.
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